La agilidad como capacidad resultante.
La agilidad es una capacidad física resultante de otras capacidades motrices. Gundlach (1968) realiza una clasificación de las capacidades motrices y las divide en condicionales y coordinativas. La agilidad surge de la combinación de algunas de estas capacidades. Castañer y Camerino (1991), en el modelo global sistémico de la motricidad, proponen un tratamiento más global e interdisciplinar. Aunque en un primer análisis estructural relacionan la agilidad con las capacidades físico-motrices, posteriormente las relacionan con las perceptivo-motrices y las socio-motrices.
Es importante, a la hora de establecer criterios para su tratamiento en las clases de Educación Física, relacionarla con los mecanismos perceptivos, de decisión y de ejecución del modelo de procesamiento de la información, así como tener en cuenta los criterios psicopedagógicos y didácticos del RD de 6-9-91.
La complejidad de esta capacidad motriz se refleja en los aspectos fisiológicos implicados. Hay una clara implicación del SN; éste recoge las informaciones de las sensaciones cinestésicas y propioceptivas a través de los receptores de distensión y tracción articular, de los husos musculares y de los órganos tendinosos de Golgi. El sistema muscular también se ve implicado, al igual que los mecanismos de obtención de la energía. Toda esta información de base nos ayuda a comprender como se va produciendo el ajuste motor en la adquisición de la agilidad, también válido para otras capacidades motrices.
. LA AGILIDAD COMO CAPACIDAD RESULTANTE
Podemos decir que la agilidad es una capacidad resultante porque surge de la combinación de otras capacidades. En la agilidad están implicadas capacidades físicas básicas, capacidades neuromotoras y capacidades perceptivo-motrices. Dependiendo del autor o autores que tomemos como referencia, veremos a partir de qué capacidades se configura la agilidad. En este campo, la terminología es confusa, ya que en ocasiones el significado de un término depende del contexto en que se encuentre, en ocasiones de la traducción, y otras veces del criterio del autor. Lo que sí está claro es que la agilidad es una capacidad que permite al individuo que la posee realizar movimientos con un nivel de calidad importante, con amplitud y, a la vez, con rapidez.
2.1. La agilidad en relación con las capacidades motoras Si realizamos una breve revisión bibliográfica, veremos que hay distintas concepciones y clasificaciones de las cualidades motrices. Así, Gundlach (1968) y, posteriormente, Meinel y Schnabel (1987) clasificaron las capacidades motrices en dos grupos:
– Condicionales: fuerza, resistencia y velocidad. Estas dependen del proceso de producción de energía.
– Coordinativas: que englobarían equilibrio, coordinación, fluidez de movimientos, etc. Las capacidades coordinativas son aquéllas que permiten organizar y regular el movimiento y son denominadas capacidades perceptivo-cinéticas por la escuela canadiense, capacidad de control y movimiento por la escuela rusa, y destreza por Harre y Zaciorsky.
En esta clasificación, la flexibilidad se encontraría entre las condicionales y las coordinativas y la agilidad dependería de la velocidad, la flexibilidad y de las capacidades coordinativas.
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